lunes, 9 de junio de 2008

Viernes anterior. Leer a Heidegger, y nada que se salga de la vida cotidiana. De lo normal, de un estado de repetición infinita que se mece sobre su cabeza como una daga, un cuchillo dispuesto a rebanarla la testa. No quiero saber nada de Loló, ni los reiterados mensajes en su celular, ni de su barriga de globo, ni de la mueca que hace cada vez que intenta un chiste.
Jueves anterior. Hablar de la modernidad. C entra a clases del octavo semestre. Ha previsto hablar de modernidad. Preguntó, ¿usted ama su trabajo? Porque así, con esa pregunta de literatura de autoayuda, quería enfrentar el problema del tiempo. Se hace lo que se tiene que hacer, no lo que se debe, ni lo que, muy en el fondo del conciente humano, se desea hacer. C pensaba que el trabajo, como la actividad más cruel de sometiendo del ser humano, supone la caída irremediable de la civilización. A partir del trabajo, implementado aceleradamente, desde la industrialización el sujeto social se enfrenta solo a un tiempo lleno de trabajo, y más trabajo, como si esto le llevase a la felicidad, o al encuentro con la paz, con la redención si se quiere y peor aun con la liberación. El trabajo apunta al mantenimiento del mercado, y por tanto, del consumo y este al deterioro social, que genera seres dependientes, infelices y neuróticos. C decía esto y puñeteaba el escritorio.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

cualquiera que lea la vida del señor c, diría que la vida es una porquería, sí es verdad, nada es perfecto, es más la perfección no existe!!!.. pero la vida hay que vivirla y tratar de disfrutar al máximo!!.. cual es el sentido de hacer algo por obligación y no por gusto!!!.. si uno desea, sí se puede hacer lo que uno quiere, por su supusto bajo los límites de la realidad... si embargo, muchas veces el mundo de la imaginación, quizas sea el mejor camino para vivir una vida perfecta o como la queramos, llenos de ensoñaciones y hasta de los deseos más profundos e intimos de nuestro ser... tal vez esta es una vía, para hacer de nuestra vida lo que nos pegue en gana??....

Anónimo dijo...

Para el narrador, me gusta tu trabajo, a pesar, de que a veces se torna algo aburrida pero la trama es muy buena, por otro lado señor C, ¿por que sigues enseñando? Si, por lo que se ve tus alumnos son una tortura… caras bonitas sin nada en la cabeza… o quizás si… ¿quien sabe?, una pregunta más… ¿Dónde quedo tu pasión por vivir y por todo lo que soñabas? ¿En uno de tus sueños profundos?...
C, deberías hacer mas cosas, dejar de tener una vida monótona, protegido entre tus libros… y de convertir a tu imaginación en un refugio para no salir lastimado… Pero así es la vida del que vive… sin cosas extraordinarias… Ni giros dramáticos... que cambian totalmente el rumbo de nuestras vidas, por eso lo único que resta es vivir o quizás sobrevivir en una realidad carcomida por la hipocresía… llena de mascaras y cobardes… por eso C, se quien eres bajo tus propias reglas y condiciones, vive la vida que tu elegiste vivir...

Anónimo dijo...

Cuando leo esto me acuerdo de mi misma... de mi extraña condición de criatura sin alas que quiere volar... y siento... irremediablemente las ganas de una sangría en las faldas del pululahua, otra vez... para matar la nostalgia.

Anónimo dijo...

Después de haber seguido la vida cotidiana del señor C., se me viene a la mente "Ladri di biciclette", expresión del drama de la vida cotidiana, la pequeña tragedia social que se convierte en un relato marcado por el destino sobre lo absurdo de la vida y la soledad;el destino del ser humano es dolor y humillación, aunque existe un punto de luz, en este caso la amistad entre padre e hijo.
Ricci se convierte en una víctima , atrapado en una búsqueda casi mítica y algo así creo que le pasa al señor C. La película de De Sicas es amarga y pesimista, pero se salva por el sentimentalismo positivo. Es un especie de manifiesto, una voluntad de cambio al ver los problemas directamente a los ojos. Todo comienza y termina con el símbolo: la bicicleta. No es coincidencia que la marca de la misma sea "Fido", que significa fe y al igual que Ricci y su hijo Bruno creo que C. en su caminar por la vida busca algún tipo de esperanza o promesa futura.


Tu amiga Mariana

Anónimo dijo...

"peor aun con la liberación"
aún......